Alimentación

Buey de mar: todo lo que necesitas saber

De propiedades nutritivas y delicioso sabor, el buey de mar es uno de los grandes desconocidos de la gastronomía atlántica, en buena parte por su menor abundancia frente a otros manjares. Con todo, existe una creciente demanda de distribuidor de buey de mar congelado para hosteleria en Galicia y otras comunidades autónomas.

 

El buey de mar se define como un tipo de crustáceo, superior en tamaño al cangrejo, lo que se hace evidente por su caparazón rojo de grandes dimensiones, equipado con pinzas igual de portentosas. El hábitat del buey de mar se encuentra en el océano Atlántico, y debido a su generosa presencia en aguas francesas, recibe el nombre adicional de ‘buey francés’. También abunda en Irlanda, pese a lo cual este crustáceo alcanza las más altas cotas de excelencia en las rías gallegas, donde sus poblaciones son menores, pero mejores.

 

Debido a la jugosidad e intenso sabor de su carne, el buey de mar es una de las mayores delicias venidas del mar, siendo el ingrediente base de numerosos platos de Galicia y de sus competidores europeos. Además, su calidad y polivalencia no impiden al buey de mar ser un alimento de consumo recomendado para las personas con un sistema inmunitario debilitado, por ejemplo. Esto es debido a su aporte en vitaminas B y a sus cualidades antioxidantes.

 

Por su riqueza en proteínas y escaso contenido en grasas no beneficiosas, el buey de mar es un ingrediente ‘amigo’ de las personas que desean adelgazar y de los deportistas en activo. Otros crustáceos podrían convertirse en un obstáculo, ya que pueden favorecer el sobrepeso; pero eso no sucede con el buey de mar.

 

Una de las características más notables del buey de mar es su elevado contenido en yodo, componente indispensable para la salud y desarrollo de la glándula del tiroides. Ni qué decir tiene que el yodo contribuye asimismo a la regeneración de tejidos, razones más que suficientes para convertirlo en un ingrediente habitual de nuestras cenas y almuerzos.

 

Y es que el buey de mar es una ‘caja de sorpresas’, pese a lo cual no conviene excederse en su consumo. La mayoría de crustáceos presentan altos niveles de colesterol, y este no es diferente, si bien es justo reconocer su contenido moderado en este componente. Así pues, el buey de mar debe ser ingerido como parte de una dieta sana y equilibrada.