La guerra de precios es una realidad en todos los sectores, incluido el asegurador. De esta circunstancia comercial se benefician sobre todo los consumidores, pero el low cost no es garantía de calidad. Con frecuencia, la mejor forma de ahorrar no es buscar la póliza más económica, sino contratar múltiples con una misma compañía. En otras palabras, unificar seguros médicos baratos, de hogar, de coche, etcétera, en vez de contratarlos por separado.
Combinar seguros permite al cliente percibir los servicios y prestaciones que necesita, con un papeleo limitado y el pago de una prima única. Este planteamiento, conocido formalmente como seguro combinado o múltiple, se ve incentivado por las ofertas y promociones de las propias aseguradoras, que son las primeras interesadas en fidelizar al cliente y evitar que la competencia se haga con él.
Agrupando las pólizas, el cliente obtiene un ahorro considerable porque las compañías les aplican descuentos exclusivos. En general, cuanto mayor es cantidad de servicios contratados, mayor es el beneficio económico percibido por el usuario. A ello deben sumarse los programas de fidelización, las recompensas en virtud de la antigüedad del cliente, etcétera.
Apostar un seguro combinado significa que los trámites se agilizan desde el primer minuto. La compañía ya dispone de la información básica del interesado y se mostrará más dispuesta a satisfacer sus exigencias. Pero las facilidades burocráticas no son más que la punta del iceberg.
Este enfoque es especialmente conveniente para las familias numerosas, y las posibilidades son enormes: una póliza combinada de coche y moto, de vida y de hogar, etcétera. La comodidad de gestionar cualquier trámite, duda o reclamación a través de una sola empresa no tiene precio.
Con seguros combinados o simples, la situación laboral del cliente le permite acceder a un mayor ahorro gracias a las desgravaciones fiscales. Los autónomos, por ejemplo, tienen derecho a deducirse una parte de la prima en su declaración de Renta.