Localizar una plaza libre y maniobrar para estacionar el vehículo es sólo una parte del proceso de aparcar. Al menos, para los conductores más experimentados, esos que dedican unos minutos a realizar una serie de comprobaciones antes de darse a sí mismos el visto bueno. De este modo, evitan incidentes y multas en el parking t4 Madrid y otros similares.
Unas preguntas que los noveles rehuyen, no así los conductores más avezados, son las siguientes: «¿he aparcado de forma correcta?» y «¿la situación del vehículo en relación con el resto es adecuada?». Las prisas y otros factores pueden inducir a los conductores a pasar por alto ciertos errores y malas prácticas, cómo estacionar de manera que se obstaculice el tráfico o la reincorporación al mismo de otros vehículos estacionados.
Esta situación es común en las plazas de aparcamiento cercanas a vados y esquinas o en los parkings en línea situados en avenidas y vías con alta afluencia. Incluso sin obstaculizar a terceros, estacionar fuera de la zona delimitada puede acarrear multas severas; por ejemplo, cuando se invade la acera de manera total o parcial. Los autores de esta infracción tienden a excusarse en la temporalidad: «pensaba estacionar sólo 5-10 minutos, agente». Pero este pretexto no exime de sanción económica en este caso.
Otra comprobación necesaria después de completar la maniobra de aparcamiento consiste en asegurarse de que no quedan objetos de valor a la vista dentro del vehículo. Con esta medida de precaución, se evitará despertar el interés de los maleantes y lamentar, a posteriori, la rotura de cristales y la sustracción de bienes personales.
Por otra parte, cerciorarse de haber ocupado un estacionamiento válido es una buena práctica para prevenir multas de hasta 200 euros; por ejemplo, al aparcar por error en zonas destinadas al estacionamiento del transporte público o ante una señal de parada prohibida, cuya visibilidad sea reducida por la presencia de árboles o el mobiliario urbano.