Comuniones

La comodidad y otros criterios para elegir trajes de comunión

La primera comunión es un momento especial que debe afrontarse con la solemnidad que se merece. Pero la elegancia y formalidad de este sacramento no están reñidas con el bienestar del comulgante. Por esta razón, antes de comprar trajes de comunión niños, se recomienda priorizar las propuestas y estilos que garanticen su comodidad durante el curso de esta celebración.

Aunque vistosos, determinados atuendos de primera comunión generan molestias que hacen que los más pequeños se sientan como maniquíes. Conseguir que parezcan ‘caballeritos’ en el retrato final carece de sentido si para ello hay que sacrificar el confort. Hay trajes que además de quedar como un pincel, resultan cómodos de vestir para el niño, por lo que es posible conciliar ambas intenciones.

Las incompatibilidades saltan a la vista en el momento en que el niño se enfunda la camisa, chaqueta y pantalón por primera vez. Para ir sobre seguro, debe pedirse al comulgante que camine con naturalidad, se siente, alce los brazos y realice otras acciones cotidianas.

Como la mayoría de las comuniones se celebran entre abril y mayo, las telas elegidas deben ser ligeras. De lo contrario, la sudoración por el calor serán un problema durante este sacramento.

Por otra parte, el carácter excepcional del evento no debe impulsar a los progenitores a seleccionar un traje impropio para la edad del niño. La elegancia de este día no significa que el menor deba recibir la Hostia con ropas anticuadas.

Además del confort y la frescura, la moderación es una virtud al seleccionar los complementos. En su justa medida, las corbatas, pañuelos, cinturones o colgantes con cruces de comunión pueden enriquecer el look, pero conviene evitar los excesos, para no recargar el traje.

El precio es una limitación que debe ser contemplada al seleccionar el traje y los complementos de comunión. Establecer y ceñirse a un presupuesto impedirá que las cuestiones emocionales opaquen a las racionales.