Salud animal

Tu perrito también se hace viejo

Con el paso de los años notamos que nuestro cuerpo comienza a envejecer. En algunos casos es más evidente que en otros pero el paso del tiempo siempre deja su huella incluso para quienes están en plena forma. Notamos que nos cansamos un poco más al hacer cosas habituales o que subir las escaleras con las bolsas de la compra hace que sintamos algunos aguijonazos en las rodillas.

Las articulaciones son una de las partes más delicadas del cuerpo y una de las que primero acusan la edad, sobre todo aquellas que se han sometido a un mayor desgaste. Rodillas, hombros, codos o incluso muñecas y dedos pueden comenzar a doler al realizar determinadas actividades o, incluso, cuando estamos mucho tiempo en reposo.

Pues exactamente esto, también le sucede a nuestros perritos. Ellos también se hacen viejos e incluso aquellos que conservan un carácter activo y juguetón pueden empezar a mostrar síntomas de dolor en las articulaciones. Hay casos en los que esto es muy evidente, como cuando tu perro deja de saltar al sofá o a la cama para estar a tu lado. O, al hacerlo, se lo piensa más y se queja. Y otros cambios son más sutiles, como subir una escalera con mayor precaución o empezar a quererse ir para casa un poco antes porque está cansado.

Tal como sucede con los humanos, la mejor medicina en estos casos es la prevención. No podemos evitar que nuestro perrito se vuelva viejo, pero sí podemos darle un Complemento para mejorar la movilidad articular perros que mejore su calidad de vida antes de que el problema se convierta en algo más grave. Así, nuestro peludo será un perro activo y sin dolor durante más tiempo. 

Evitar la obesidad es también una forma de ayudarles a que no tengan dolor articular. Cualquier peso extra en sus patas será motivo de que un perro con problemas de dolor tenga más. Por eso, hay que cuidar la alimentación y que esta sea equilibrada, combinada con paseos y ejercicios para que esté en un peso saludable. Hay que evitar, sobre todo, darles comida humana alta en grasa o calorías. No es lo mismo darle al perro un poco de pollo cocido que darle galletas, fritos o incluso productos de bollería. Hay que tener en cuenta que si todo esto ya es malo para un adulto, en el cuerpo de un animal que puede ser diez veces menos pesado, es una auténtica bomba de relojería.