Joyerías

Una joya, un símbolo: ¿cuál es el significado de la joyería?

Cada joya contiene un símbolo, un significado más o menos oculto que se transfiere a su portador. Contrariamente a la opinión popular, la joyería no cumple solo una función ornamental. Un buen ejemplo son los pendientes aro oro blanco u otro metal, asociados con la espiritualidad entre las tribus africanas y con la vida bohemia en la Inglaterra del siglo dieciséis (véase el Retrato Chandos de Shakespeare).

Los pendientes, sin embargo, podrían recibir usos más provincianos. Entre los piratas y corsarios se estilaba el uso de esta joya, que actuaba como un seguro de decesos: cuando su propietario fallecía, la venta del pendiente permitía sufragar los gastos de enterramiento.

Por su parte, los anillos simbolizan hoy el compromiso y la fidelidad, la unión eterna de los enamorados, mismo significado que recibía entre los antiguos egipcios. En la tumba de Tutankamón se hallaron nada menos que tres sortijas.

En ciertas épocas, el estatus social se demostraba mediante la ostentación de anillos. Un hecho poco conocido es la vinculación del metal del anillo a la clase social entre los antiguos romanos (p. ej., los senadores hacían alarde su poder con una sortija de oro).

La joya con más historia quizá sea el collar, elaborado con piedras, conchas y huesos hace cuarenta mil años. Se estima que su función era similar a un amuleto, aunque también podía reflejar poder y riqueza. Un uso singular de los collares es informar sobre el estado civil de la mujer. Las esposas griegas, en época de Aristóteles, empleaban ejemplares de oro, mientras que las solteras se adornaban con otros hechos en plata. 

Aunque pueda sorprender, los piercings no son una invención moderna. Los varones romanos ya empleaban perforaciones como muestra de valor y hombría hacia el siglo primero antes de Cristo. Su carácter contracultural lo adquirió a partir de los años setenta gracias al movimiento hippie y punk.