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Vigo: beneficios de hacer turismo fuera de temporada

Los meses de junio, julio y agosto comprenden la temporada alta en la mayoría de los destinos europeos, sin que Vigo sea una excepción. En respuesta a la masificación turística o la escalada de precios que los acompaña, cada vez más viajeros deciden aplazar o adelantar sus vacaciones en la ciudad pontevedresa. Como resultado, se disfruta de una mayor disponibilidad en general. Por ejemplo, la reserva y horario barco Vigo cangas es más flexible y económica debido a la caída de la demanda.

La ausencia de aglomeraciones es deseable al visitar no solo Cangas de Morrazo, sino también destinos isleños tan codiciados como Cíes u Ons. Si bien el cupo máximo desciende de mil ochocientas personas a unas quinientas al día, el desplome del número de solicitudes garantiza que sea más fácil conseguir ‘hueco’. Y la situación es similar en los principales museos, monumentos históricos, etcétera, de Vigo.

Más allá de la flexibilidad horaria, otra consecuencia positiva de viajar en temporada baja es el precio de los servicios y productos contratados. El desplome en la demanda provoca un abaratamiento del coste de alojamientos, restaurantes, transportes y bienes de consumo, lo que supone un alivio para el presupuesto disponible.

La afluencia turística trae consigo los atascos y embotellamientos de tráfico. En caso de desplazarse en coche propio o de alquiler, es posible librarse de la congestión en las carreteras fijando las vacaciones en septiembre, noviembre o febrero.

Por otra parte, Vigo es un destino muy apreciado por los amantes del caravaning. Mientras que el estacionamiento de vehículos recreativos es un problema en temporada alta, el resto del año no supone ninguna dificultad.

Las temperaturas, que alcanzan aquí su máximo anual en agosto, se moderan el resto del año, permitiendo disfrutar más y mejor del turismo natural, sin riesgo de insolación, deshidratación, etcétera.